En esta enfermedad, realmente llamada "Hemofilia", el gen tiene carácter recesivo en la mujer, y ella no sufre ningún daño. Los descendientes varones, en cambio, son «hemorrágicos». Esta enfermedad se propaga sólo si un hombre que la padece se casa con una mujer que sea portadora del gen recesivo. Si el vástago de esa unión es varón, será un niño hemofilico; si es mujer, será portadora del gen. Debemos insistir en que el gen de la hemofilia puede existir en forma recesiva en un hombre como parte de su constitución genética. Pero, si se casa con una mujer que porte el mismo gen proscrito, se puede producir un caso de hemofilia si el vástago es hombre. En las familias reales, donde los matrimonios entre parientes eran comunes, existían muchas posibilidades de que el gen se propagara una vez que entraba en el árbol genealógico; de ahí el nombre «Mal de los reyes». La hemofilia se dio también, en proporción significativa, en los Apalaches, durante la primera parte del siglo XX, y se la advierte con frecuencia en aquellas culturas en las que el incesto y el matrimonio entre primos son corrientes.
Nota: El 17 de abril está considerado el día mundial de la Hemofilia.
Fuente: Carrie, de Stephen King.